Versículo 1
Por su semejanza con 28:6, muchos
comentaristas piensan que se trata
del mismo proverbio, con ligeras
variantes. J. J. Serrano lo
sintetiza así: 'más vale pobre
sincero que rico hipócrita'. Sin
embargo Cohen sostiene que los dos
versículos enseñan diferentes
lecciones. Aquí el punto en cuestión
es: mejor es el pobre que se
contenta con lo que tiene y retiene
su integridad, que la persona que
trata de escapar de la pobreza
recurriendo a una vida deshonesta,
pues este último es un necio al
imaginarse que, con malos métodos,
puede prosperar realmente'.
Versículo 2
La enseñanza de este proverbio, en
gradación de mal a peor, es muy
sencilla: actuar sin precaución, con
precipitación, es peligroso. Esto se
expone de dos maneras: En la 14.
parte, se habla de actuar sin
conocimiento preciso de lo que se
desea, lo cual no es bueno. En la 2a.,
de precipitación, apresuramiento de
pies, que expone a errar el blanco
(el mismo verbo que se emplea para
expresar el pecado' en su acepción
más genérica, por lo que algunas
versiones dicen peca.
Versículo 3
Los hombres se encuentran en la vida
con cruces, problemas, males y
desilusiones; en gran parte, se
deben a su propia insensatez; son
castigados por sus errores y
pecados.
Sin embargo, en lugar de reconocer
en su necedad, o pecaminosidad, la
causa de tales males, llegan a
echarle la culpa a Dios, lo cual no
sólo es necio, sino también blasfemo
(comp. con Stg. 1:13-17).
Versículo 4
Este proverbio, muy semejante al de
14:20, muestra una vez más la triste
realidad de esta vida, en la que
'tanto vales, cuanto tienes'. El que
tiene dinero, puede disponer de todo
lo demás que el mundo puede ofrecer.
'Si tovieres dineros, habrás
consolación', escribía nuestro
Arcipreste de Hita ya en el siglo
XIV. El rico puede hacer muchos
regalos y favores, con lo que se
gana muchos amigos, no de su
persona, sino de su riqueza. Al
pobre no le queda ningún amigo: el
único que tenía (nótese el contraste
del singular con el plural de la 14.
parte) se le ha enfriado.
Versículo 5
Hay hombres que enseñan a su lengua
a hablar mentira (Jer. 9:5), con lo
que están predispuestos a dar falso
testimonio en un juicio, pero no
escaparán del justo juicio de Dios,
quien es celoso de su nombre y no
permitirá que sea profanado al jurar
en falso.
Versículos 6-7
El príncipe o el potentado tienen
poder para otorgar favores, así como
beneficiarios que les halaguen por
lo que esperan de ellos y les colmen
de reverencias por lo que ya han
recibido. Mucho más agradecidos
deberíamos estar a Dios, por las
bendiciones que de él hemos
recibido, las cuales superan
inmensamente a cualquier favor que
se pueda obtener de ningún noble de
la tierra. Por otro lado (comp. con
el v. 4), los pobres ven apartarse
de ellos incluso a sus parientes más
cercanos, y por muchas palabras que
dirijan a sus parientes y amigos que
se alejan de ellos, ya no les sirve;
se marcharon sin querer escuchar
(éste es el sentido más probable de
la última parte del v. 7).
Traten, pues, todos y especialmente
los pobres en tener a Dios por
amigo, persíganlo con sus oraciones;
no tardarán en hallarlo y jamás se
apartará de ellos.
Versículo 8
«El que adquiere cordura (lit.
corazón) ama su alma(esto es, a sí
mismo); el que guarda entendimiento,
hallará el bien». El proverbio no
tiene ningún sentido espiritual
directo; expresa el hecho de que la
cordura capacita al hombre para
aprovechar en la vida las mejores
oportunidades; y guardando en buena
forma el entendimiento, a fin de que
no se deteriore con el ocio y el
olvido, hallará lo mejor que se
puede estimar en este mundo.
Advierte Cohen que 'podría incluir
también la recompensa en el otro
mundo'.
Versículo 9
Este versículo es una repetición del
versículo 5, con la variante de que
aquí se termina con un verbo más
fuerte: perecerá' en lugar de 'no
escapará'.
Versículo 10
La comodidad y la libertad le
sientan mal al necio. Una persona
que carece de sensatez y de gracia
no tiene derecho a disfrutar de algo
que sólo serviría para afianzarlo en
su necedad. Del mismo modo, a un
mendigo de espíritu servil le va muy
mal recibir poder y honor (V. 30:22;
Ec. 10:7). Nadie tan insolente e
intolerable como el mendigo montado
a caballo, o como la criada elevada
a señora.
Versículo 11
El hombre discreto observa estas dos
reglas Con respecto a su enojo: 1.
No dar precipitadamente rienda
suelta a su resentimiento; detiene
su furor hasta que haya considerado
con calma el peso y la medida de la
provocación. Platón dijo una vez a
su siervo: Te golpearía si no fuese
por que estoy enojado'. 2. No ser
excesivamente quisquilloso al
ponderar las ofensas que se le
puedan hacer, es un honor para él
pasar por alto la ofensa (comp. con
1 S. 10:27; 11:13, cuando Saúl
estaba aún en su sano juicio).
Versículo 12
Los reyes no son personas comentes;
su enojo es más terrible, pues
pueden hacer mayor daño que el de un
cualquiera; y su favor es más
deseable, pues pueden otorgar
mayores bienes que una persona
ordinaria. Por eso mismo, no deben
abusar de su poder (V. Ro. 13:3).
Esto debería animar a los reyes y
príncipes a ser justos y
equitativos, y a los súbditos a
cumplir fielmente en obediencia a
las leyes y a servir del mejor modo
al bienestar común del pueblo. E
símil del 'rocío sobre la hierba' es
muy expresivo y se aplica a Dios en
Os. 14:6.
Versículo 13
Una vez más se pone de relieve la
aflicción y el pesar que a los
buenos padres causan los hijos
necios, es decir, los que no se
aplican a los estudios, al oficio ni
al negocio de la casa, que no hacen
caso de los consejos que se les dan,
que llevan mala vida, derrochan en
vicios y juegos, etc. La idea de la
2a.
parte se repite en 27:15. La frase
es muy expresiva: Y gotera continua
las contiendas de la mujer. Una
gotera continua termina por horadar
la piedra; del mismo modo, una
esposa pendenciera acaba con la
paciencia del marido y le expone a
que se marche de casa, pues es como
si el hogar se cuartease con el agua
que penetra por falta de la
necesaria reparación (comp. Ec.
10:8) y para acostarse en seco
hiciese falta salir de allí.
Versículo 14
En contraste con la mujer del v.
anterior (V. también 18:22), tenemos
el caso de la mujer prudente, que es
de parte de Yahweh (lit.), esto es,
un regalo de Dios, ya que, al
contrario de la pendenciera, asegura
la casa y es una bendición para el
marido y para los hijos. El
versículo contrasta este regalo de
Dios, debido únicamente al amor de
nuestro Padre Celestial, con la casa
y las riquezas que llegan, siguiendo
el curso natural de las cosas, como
herencia de los padres.
La esposa no se hereda; se la
encuentra en el lugar y el momento
que Dios dispone.
Versículo 15
Una vez más se exponen las
consecuencias funestas de la pereza.
El haragán está durmiendo cuando
debería estar trabajando; sueña
mucho, pero hace poco.
De esta forma, hasta su poder mental
se oxida. Lo que le espera es el
hambre, no como apetito, sino como
padecimiento ¿Y qué diremos del que
es perezoso en los asuntos de la
salvación, que no se preocupa por lo
espiritual ni inquiere sobre lo que
es necesario para la vida y la
verdadera dicha del alma?
Versículo 16
Los que son diligentes en guardar el
mandamiento en todo, hacienda de él
la norma de su conducta, guardan su
alma, es decir, preservan su vida.
Si guardamos la palabra de Dios, la
palabra de Dios nos guardará. En
cambio, el que no pone diligencia en
ir por el camino recto, sino que
menosprecia los caminos por los que
debería andar, morirá prematuramente
(así se suele leer, pero el hebreo
está en forma Pual -'se le dará
muerte' mediante sentencia de los
tribunales).
Versículo 17
El deber de ser caritativo incluye
dos cosas: 1. Compasión, la cual es
el principio interior de la caridad
en el corazón. El vocablo para
pobre' significa aquí 'débil',
necesitado de ayuda, no
necesariamente en forma de dinero.
2. Generosidad. No sólo hemos de
tener compasión del pobre, sino que
hemos de ayudarle efectivamente, de
acuerdo con su necesidad y con
nuestras posibilidades (Stg. 2:15,
16). Lo que se da a los pobres se
presta a Yahweh, es como si se le
diera a Dios. Y él lo recompensará,
pagando un interés tan subido que
superará con mucho al capital que le
hayamos prestado ayudando al
necesitado.
Versículo 18
Tan pronto como aparece un principio
de corrupción en los hijos, hay que
aplicar el correctivo antes que se
convierta en hábito. Si con la
corrección se mejora, mejor que
mejor; si no, aplíquese el
conveniente castigo físico, pero sin
excederse, aunque la segunda parte
del v., contra la opinión del famoso
rabino Rashi, significa, según dice
Ryrie, 'no le causes la muerte por
negligencia en corregirle'.
Versículo 19
Es probable que este v. tenga
conexión con el anterior del modo
siguiente: el iracundo (el padre que
castiga al hijo sin medida) pagará
la pena, esto es, las consecuencias
de su ira desmedida. O si el
iracundo se refiere al hijo,
significaría que no sirve
castigarle, pues volverá a las
andadas: 'aguántalo, y ya pagará él
las consecuencias'. Ryrie opina que
se trata de un caso diferente, más
general: 'Es fútil rescatar a un
hombre de su enojo, porque su mal
genio le hará recaer repetidamente
en nuevos incidentes'.
Versículo 20
Hasta aquí, se había instruido a los
padres acerca de los hijos; aquí se
exhorta al hijo a escuchar el
consejo y la corrección del padre.
Los que hayan de ser sabios al
final, no en la hora de la muerte,
sino en los últimos años de su vida,
han de estar dispuestos a ser
instruidos y corregidos cuando son
jóvenes.
Versículo 21
El vocablo que traducimos (RV 1977)
por proyectos' significa (lo mismo
que en Sal. 33:11) 'decisiones'. A
primera vista, parece indicar algo
parecido a lo de 'el hombre propone,
y Dios dispone' (comp. 16:1, 9;
20:24). Cohen parece seguir la
opinión de Gerondi, quien conecta el
v. 21 con el 20 del modo siguiente:
'Que no piense el joven que se
volverá serio y aceptará la
instrucción en sus últimos años,
pues nadie conoce los planes de
Dios, y quizás no viva muchos más
años'.
M. Henry entiende «proyectos» en el
sentido peyorativo de los rebeldes
del Salmo 2, pero la opinión más
probable -nota del traductor- es, en
mi opinión, que se cumplirá, no lo
que el hombre decida, sino lo que
Dios haya resuelto.
Versículo 22
La 1a.
parte de este versículo es, según
Cohen, 'un acertijo para el
intérprete'.
La versión más probable es la que
ofrece la New American Standard
Translation y que se halla al pie de
la letra en La Biblia de las
Américas: «Lo que es deseable en un
hombre es su bondad». El sentido de
la 2a.
parte es que es preferible asociarse
con un pobre, aunque éste no
disponga de medios para mostrar su
generosidad, antes que con un rico
mentiroso, que promete favores, pero
no los cumple.
Versículo 23
Los temerosos de Dios son protegidos
del mal; es de esperar que sean
visitados con aflicciones, pero no
habrá en ellas daño para su alma,
mientras que las satisfacciones de
los sentidos se pasan pronto. La
piedad sincera tiende directamente a
la vida, aquí y después de la
muerte, pues aprovecha para todo (1
Ti. 4:8).
Versículo 24
El uso de cucharas y tenedores es
relativamente reciente. El uso
corriente (perdura en muchas aldeas)
era meter la mano en el plato. Esta
costumbre se toma aquí como ejemplo
para ridiculizar, una vez más, al
perezoso: 'enterrar'(lit.) la mano
en el plato' no necesita ningún
esfuerzo, pero levantarla hasta la
boca (lit. hacerla volver a la boca)
es para él tan duro que prefiere
morirse de hambre.
Versículo 25
Castigando al malvado, el que no es
de suyo prudente (el 'simple aprende
escarmentando en cabeza ajena. Y el
que de suyo es discreto (hebr. nabón)
sólo necesita una pequeña reprensión
para aumentar de modo considerable
su conocimiento, y para rectificar
enseguida un paso mal dado.
Versículo 26
Se expone aquí el caso triste,
realmente infame y vergonzoso, de un
hijo que hace causa común con unos
ladrones a fin de robar a su propio
padre (que es el que tiene el
dinero) y compartir con aquellos
criminales el despojo. Como
consecuencia, su propia madre tiene
que marcharse de casa.
Versículo 27
La versión correcta de este v.,
conforme la trae la N. I. V. es la
siguiente: «Cesa, hijo mío, de
escuchar la instrucción, y te
extraviarás (lit. para extraviarte)
de las palabras (lit. dichos) del
conocimiento». Esto es, el que no
quiere escuchar la corrección se
expone a extraviarse por los
derroteros del pecado.
Versículo 28
Testigo impío (lit. de Belial) es el
que da falso testimonio contra su
prójimo, y perjura para hacer gran
daño a otro, llegando a burlarse de
la justicia. Háblale de justicia y
equidad, de la ley, de la santidad
del juramento y de la palabra de
Dios, de que llegará el día de la
cuenta, etc. y se echará a reír. Es
codicioso y sólo le interesa el
beneficio material que pueda obtener
del pecado.
Versículo 29
«Preparados están los juicios (Lit.),
esto es, los castigos de Dios (con
la mayor probabiblidad). Aunque los
escarnecedores lleguen a escapar del
castigo que impone la ley humana, no
escaparán del juicio de Dios. Además
(comp. 18:6b), esta clase de necios
suelen recibir golpes de sus propios
amigotes.