Versículo 1
Un buen nombre, una buena
reputación, ganada con bondad y
honradez, es superior a cualquier
riqueza (comp. Ec. 7:1). Con las
riquezas se puede aliviar la
necesidad material del prójimo, pero
con el buen nombre se da testimonio
convincente de la verdad del
Evangelio, con lo que se puede
prestar ayuda en las necesidades
espirituales que son las más
urgentes é importantes.
Versículo 2
El rico y el pobre son iguales a los
ojos de Dios que hizo a ambos (comp.
con 14:31) y ante el que han de
rendir cuentas por igual. Común es
su origen, como es común su
responsabilidad. Ambos tienen un
solo Dios, un solo Mediador (1 Ti.
2:5), una sola Biblia, un solo,
espíritu, un solo pacto de promesas
y un Cielo.
Versículo 3
El prudente prevé el mal antes que
llegue y se apresta a evitarlo. Al
ver formarse el nublado de la
tormenta, corre a refugiarse en Dios
como en su refugio y fortín. El
simple, en cambio, pasa
adelante, es decir, prosigue su
camino sin percatarse del peligro y
ha de pagar las consecuencias. El
verbo hebreo significa "ser
multado' y significa que tiene
que sufrir el castigo que merece la
transgresión.
Versículo 4
Este versículo pone de relieve el
principal elemento de lo que Dios
exige de nosotros (V. Miq. 6:8 K...
y caminar humildemente ante tu
Dios»). Con ello se consiguen
«riquezas, honor y larga vida»
en este mundo, en la medida que Dios
cree conveniente para cada uno de
nosotros y, con los privilegios
sublimes del pacto de gracia, la
vida eterna.
Versículo 5
La vida es comparada aquí a un
camino bordeado de espinos, los
cuales son lazos (es
decir, trampas o cepos) para
el tortuoso (lit.
retorcido), pues le atrapan con
sus encantos fugaces del pecado
(comp. 15:19). Es de notar que en el
hebreo no aparece la conjunción y
que las versiones añaden. En cambio,
el prudente, que tiene
discernimiento para apartarse de lo
que puede poner en peligro su vida,
va rectamente, por en medio de la
calzada, por lo que los espinos no
le hacen daño.
Versículo 6
La época de la niñez y de la
juventud es la época de la
instrucción en el camino que se ha
de seguir en la vida; este camino
es, ante todo, el camino de la
rectitud moral, pero también se
implica aquí la senda más apropiada
para cada individuo según su
capacidad, habilidad y buena
inclinación (comp. Dt. 6:7). Todo lo
bueno, en religión, ciencia y
conocimientos prácticos que en la
juventud se aprende, será una buena
base para crecer mental y
espiritualmente, de forma que no se
aparte del buen camino cuando se
haga mayor.
Versículo 7
La intención primordial de este
proverbio no es denigrar al rico y
ensalzar al pobre, sino, como se ve
por el paralelismo con la 2a.
parte, poner de relieve la
dependencia que la pobreza comporta,
mientras que el que, por medios
honestos se hace rico, alcanza una
sana independencia que le facilita
gobernarse sin tener que satisfacer
exigencias ajenas. La pérdida de la
independencia se ejemplifica en el
caso del deudor, quien se convierte
prácticamente en esclavo del
acreedor.
Versículo 8
El proverbio enseña, 1. Que el
malhechor recogerá la iniquidad que
haya sembrado, es decir, recaerá
sobre él el mal que haya hecho. 2.
Que la vara, símbolo de poder
y autoridad, de su insolencia,
esto es, la autoridad que ha
usado para obrar injustamente,
ilegalmente, se acabará, le
será arrebatada (comp. Is. 10:24,
25).
Versículo 9
El hombre caritativo es 'bueno de
ojo' (lit.), es decir, bien
dispuesto a ver las miserias ajenas
y tratar de aliviarlas; es lo
contrario del 'malo de ojo' (lit.)
de 23:6; 28:22. Pero no es sólo
'bueno de ojo', sino también 'bueno
de mano', pues da de su pan al
indigente; su bondad no es
teórica, sino práctica (comp. Stg.
2:15, 16).
Nótese que no dice 'del pan', sino
'de su pan', del que estaba
destinado para su boca. Hay quienes
dan de lo que quitan a otros, lo
cual no es caridad, sino hurto
cubierto de hipocresía.
Versículo 10
El verbo hebreo indica que al
escarnecedor se le ha de expulsar de
la comunidad, y así lo entendieron
los LXX, porque mientras él
esté dentro, no faltarán contiendas;
en cambio, en marchándose él, se
irá la contienda, y cesarán las
riñas y los insultos.
Versículo 11
Un caballero de cuerpo entero, apto
para los altos puestos de
responsabilidad, es alguien
limpio de corazón, esto es,
carente de engaño, de todo egoísmo y
de malas intenciones, y resuelto a
mantener siempre limpia su
conciencia.
También es alguien que habla con
gracia (comp. Col. 4:6), sin
adulación, pero expresando sus ideas
en lenguaje decente y limpio como su
corazón. El rey, si es un rey
sabio y bueno, que procura su propio
bien y el bien de sus, súbditos, lo
tendrá por amigo (comp. con
16:13).
Versículo 12
Dios es el Guardián de la verdad,
del conocimiento (entendido,
como siempre en Proverbios, en
sentido ético) y, por consiguiente,
preserva al que sigue la verdad,
la sana doctrina, pues a eso
equivale aquí el conocimiento.
Esta interpretación se corrobora
por el paralelismo antitético de la
2a. parte: Dios
trastorna (lit) las palabras
del desleal (lit), puesto que no
expresan la verdad.
Versículo 13
En 26:13 y ss se repite este
proverbio, así como 19:24. Son un
conjunto de frases satíricas contra
el perezoso. Aquí, el perezoso se
inventa la excusa de que hay un
león afuera; seré muerto en plena
calle. Eso es fruto de su
imaginación, la cual viene en ayuda
de su pereza. Se imagina que hay
un león afuera, pero no se da
cuenta de que tiene un demonio junto
a él, ese león rugiente, que
busca a quien devorar (1 P. 5:8)
y lo hará, si continúa en la cama
ociosamente.
Versículo 14
Este proverbio amonesta a todos,
especialmente a los jóvenes, contra
el vicio de la impureza sexual. Los
que sientan interés por el bien de
su alma, huirán de la boca,
de las frases seductoras y de los
besos, de la mujer ajena. Los
que se abandonan a este vicio, son
abandonados de Dios pues le provocan
a ira y caerán en esa fosa
profunda, que es la boca de la
mala mujer.
Versículo 15
El pecado es necedad, pues es
lo contrario a la sana razón y al
verdadero interés de la persona.
Además, está ligado en el corazón
del muchacho; en otras palabras,
el estado natural del hombre, desde
la infancia, comporta una
inclinación a la delincuencia.
La corrección de padres y maestros,
etc., es el único remedio para
impedir que esa mala inclinación
tuerca el árbol para siempre, y
hacer que se enderece y se mantengan
a raya los malos brotes de amargura
que pugnen por salir a la
superficie. Todos, en realidad,
necesitamos la corrección de nuestro
Padre Celestial (He. 12:6 y ss.) y
hemos de besar la vara que nos
corrige.
Versículo 16
El texto hebreo es ambiguo y puede
interpretarse de varias maneras,
pero la única que es compatible con
el tono general del libro (y aun de
toda la Biblia) es la que
concisamente ofrece el Dr. Ryrie:
Tanto la explotación del pobre para
enriquecerse, como el sobornar al
rico, conducirán a la pobreza'.
Muchos han llegado a la pobreza por
el camino de una necia, o
pecaminosa, generosidad, pero nunca
por medio de una prudente caridad
(V. Lc. 14:12, 13).