El
ajedrez tiene más de mil años de historia.
Corren muchas leyendas alrededor del origen
del ajedrez y diferentes países se atribuyen
su procedencia. Hoy se cree que el ajedrez
constituye una evolución del juego de mesa
llamado shatranj, que proviene del
chaturanga, inventado en India el siglo VI.
Los orígenes remotos del ajedrez no se conocen
con exactitud, aunque hay testimonios escritos
y hallazgos arqueológicos que apuntan a que
fue creado en la
India,
aunque en realidad se trata de un ajedrez muy
diferente. Se ha hecho hallazgos arqueológicos
en
Egipto,
Grecia
y
China,
pero no se han podido relacionar directamente
con el ajedrez. El vocablo ajedrez y sus
traducciones chess, xadrez, echecs,
schachspiel, scacchiere, giuoco degli scacchi,
derivan de expresiones provenientes de varias
lenguas: árabe, persa, griego y latín; como
ser ludus scacorum, ace dextre, scaccus, equus,
scacum, etc.
Aunque
se cree que el juego del ajedrez se originó en
la India y que llegó a Europa de la mano de
los árabes. Sin embargo existen importantes
controversias con respecto a este punto. Los
orígenes del ajedrez está envueltos en la
leyenda.
El ajedrez en
la Edad Moderna
Con la
invasión de los árabes llega el ajedrez a la
península ibérica en el siglo VIII. En esa
época la dama no existía, era el alferza el
que ocupaba esa casilla, y con un movimiento
mucho más limitado, como figuraba en un códice
del siglo XIII de Alfonso X el Sabio. Tras la
llegada del ajedrez a Europa, se va
transformando hasta llegar a ser el juego que
hoy conocemos. Las piezas se transforman en lo
que hoy son, con ese recuerdo de la sociedad
medieval, rey, dama, caballo (en
representación del caballero), torre y obispo,
que sustituye a un elefante que en Europa no
existe como arma de guerra, aunque en español
conserva el nombre de alfil (elefante en
árabe).
Fue en
el siglo XV y en Valencia cuando aparece por
primera vez la dama en un manuscrito
Scachs d'amor,
en el que figuran composiciones en valenciano
y de poetas valencianos. Unos años más tarde,
en el 1495 se publica en Valencia y en
lengua valenciana
el libro del segorbino Francesc Vicent 'Llibre
dels jochs partits dels schachs', considerado
el primer tratado de ajedrez publicado en el
mundo, y en el que figura también la dama; no
apareciendo en ninguna documentación anterior
ni coetánea a ambas obras. Nace pues en
Valencia a finales del siglo XV la dama,
inspirada en la Reina
Isabel la Católica
y en el inicio del
Renacimiento.
A lo
largo de los siglos XV y XVI, época del
Renacimiento, van apareciendo los movimientos
y las reglas actuales. Los peones adquieren el
derecho de mover dos casillas en su primera
jugada, y cuando llegan a la última fila
pueden cambiarse por una pieza anteriormente
capturada. El alfil desplazarse a lo largo de
toda la diagonal, y pierde la facultad de
saltar. La dama moverá a lo largo de todas las
casillas de su columna, fila y diagonales, y
se pone de moda el
enroque
italiano en el cual el rey se puede poner en
las casillas del alfil, el caballo o la torre
y la torre en las casillas del alfil o del
rey, pero eran dos jugadas, y no una. Este
enroque evolucionó hasta el enroque actual.
En
Italia el ajedrez fue volviéndose muy popular,
y las reformas en las reglas que iban
apareciendo se generalizaron por toda Europa.
Sin embargo no eran universales.
En el
siglo XV aparecen dos manuscritos muy
interesantes, el «Manuscrito catalán», que
consagra al ajedrez un poema en el que juegan
al ajedrez
Venus
y
Marte;
y el manuscrito de
Gotinga»,
fechado en 1490, dedicado al análisis de las
aperturas y a problemas de ajedrez.
Sin
embargo para la unificación de las reglas fue
decisiva la invención de la imprenta (1450),
ya que a partir de entonces se pudieron
componer libros con las reglas que se
difundieron por todo el mundo.
En esta
época además de
Lucena,
Damiano,
Ruy López de Segura,
Paolo Boi
y
Leonardo da Cutri
tenemos a los españoles Esquivel, Escovara,
Pedrosa, Vincenti, Roscés y Alfonso Cerón; y
al italiano Horatio Gianutio. Estos maestros
hicieron el notable descubrimiento de que en
cualquier maniobra de la partida se debe
conseguir la meta deseada con el menor número
posible de jugadas. Hacer una jugada sin
objeto, desperdiciar la oportunidad de mover,
lo denominaron «perder un
tiempo».
Es como que el rival moviera dos veces
seguidas. Comprender la importancia del factor
tiempo fue la conquista más valiosa de la
época.
Los
maestros del Renacimiento idearon una forma de
hacer que el rival pierda tiempos al principio
de la partida: los
gambitos,
palabra que significa zancadilla o trampa, en
italiano, y que Ruy López usó para definir la
maniobra consistente en entregar material (uno
o dos peones y en casos notables hasta un
caballo) a cambio de obtener una posición con
mayores posibilidades de ataque. Se tardó
siglos en comprender que el bando que está a
la defensiva en vez de aferrarse a mantener la
ventaja material debe preocuparse del
desarrollo de sus piezas.
El
historiador ruso Gonaiev asegura que el autor
del
Gambito de rey
fue Ruy López.
Giulio Cesare Polerio
lo estudió extensamente en su obra aparecida a
fines del siglo XVI en la cual cita partidas
de grandes jugadores de la época.
La
denominación actual de muchas aperturas y
variantes no debe hacernos creer que eran
totalmente desconocidas en la antigüedad. Como
ser, el
Gambito letón
1.e4 e5; 2.Cf3 f5; fue llamado así en honor a
las investigaciones que de él hicieron los
maestros de
Letonia
por 1930, pero ya lo jugaban Da Cutri y
Greco
en el 1600. Durante siglos el Gambito de rey
ocupó un primer plano en la teoría y práctica
del ajedrez.
El ajedrez
contemporáneo
En el
ajedrez contemporáneo quien más contribuyó a
fijar definitivamente las reglas actuales fue
Philidor.
En 1737
el sirio Philip Stamma de Aleppo publica en
París su libro «El noble juego del ajedrez» y
en el utiliza por primera vez en la historia
un nuevo sistema de notación, la notación de
Stamma, que no es otra cosa que la actual
notación algebraica.
A pesar de su indudable ventaja hará falta más
de dos siglos y medio para que se generalice
en todo el mundo. Sólo a partir de 1980 la
FIDE
la considera como único sistema de notación
oficial.
La
primera crónica fija especializada en ajedrez
nació en 1813 en el periódico inglés Liverpool
Mercury. En 1813 aparece en París (gracias a
la iniciativa de
La Bourdonnais)
la primera revista íntegramente dedicada al
ajedrez: «Le Palamede», titulada así como
homenaje al héroe griego
Palamedes,
a quien se le atribuyó durante mucho tiempo la
invención del ajedrez.
En 1924
se funda en París la Fédération Internationale
des Échecs
FIDE
que cuenta con uno 175 países miembros. Es la
segunda mayor federación deportiva del mundo
tras la FIFA que tiene 180 países afiliados.
Su divisa en Gens una sumus, que
proclama, un tanto ingenuamente, los ideales
de sus fundadores.
Campeonato
Mundial de Ajedrez
Los grandes
torneos de la historia
Leyendas sobre el
origen del ajedrez
Los
datos más o menos ciertos sobre el origen
del ajedrez son muy reciente. Hasta mediados
del siglo XX eran aceptadas, con sus dudas.
Todas las grandes civilizaciones conocieron
juegos de mesa, que muchos tienden a
identificar con el ajedrez. Todos los
pueblos poseen juegos tradicionales sobre
tablero, que incluso se dibuja en la tierra.
En muchas tumbas egipcias se han encontrado
frescos en el que se representan juegos de
tablero con piezas que pueden asemejarse a
las del ajedrez, aunque desconocemos sus
reglas. Incluso se han encontrado figuras
que podrían evocar piezas del ajedrez. Se
han encontrado tableros de treinta casillas
y doce fichas, y otros de ciento cuarenta y
cuatro casillas y cuarenta y ocho
piedrecitas para jugar. Solían ser más
largos que anchos, y las casillas era todas
del mismo color.
Durante mucho tiempo se creyó en el origen
griego del ajedrez, por culpa de una
ánfora
en la que aparecen dos guerreros (Aquiles
y
Áyax)
jugando sobre un tablero. Quien quiso verlo
dijo que estaban jugando al ajedrez, aunque
no es posible decir a qué están jugando. La
leyenda atribuye a
Palamedes,
hijo del rey de
Eubea
y sobrino de
Poseidón,
la invención del ajedrez durante el sitio de
Troya.
El sitio de Troya duró muchos años y durante
los ratos de aburrimiento, que debían ser
muchos, para entretener a la tropa Palamedes
inventaba cosas. Se le atribuye la invención
de las letras, la numeración decimal, el
sistema de pesos y medidas griego y los
dados. Durante el siglo XVI los italianos
mantenían que el ajedrez había sido
inventado por los griegos mientras que los
españoles aseguraban que lo habían inventado
los
persas,
sus «mortales enemigos». En el libro de
Jacobo de Cessolis
se recogen alguna de estas leyendas.
Marcus
Hirónymus Vida, obispo de Alba (1485-1556)
escribió en el año 1513 un poema «Scachia
ludus» en el que se describen las bodas de
Océano y Gea y en el que se representa el
nuevo juego del ajedrez, para los dioses del
Olimpo.
En
1763 el orientalista británico sir William
Jones eligió a la
ninfa
Caissa
como musa del ajedrez.
También se ha atribuido la invención del
ajedrez a los
babilonios
y a los
chinos.
Los chinos, concretamente en los años
204-203 a.C. por Han Xin, un líder militar,
para dar a sus tropas algo para hacer
durante el campamento de invierno. El juego
chino de los elefantes (Xiang Qi) deriva del
chaturanga
y los transmitieron a Corea y Japón. Se
juega sobre un tablero cuadrado. Posee una
zona neutral: el río fronterizo. El río
simboliza una frontera defensiva. Los
elefantes no pueden cruzar el río. Además
los peones pueden moverse de lado al cruzar
el río. No existe la promoción del peón pero
adquieren la cualidad de moverse de lado. Se
juega con fichas planas y redondas, que se
colocan en las intersecciones de las
casillas, en las que están escritas las
figuras que representan: el general (en
rojo) y el capitán (en verde) son el rey, el
consejero (en rojo) es el ministro, el
elefante (en rojo) y el canciller (en verde)
son el general, el caballo (en rojo), el
carro (en rojo), el cañón (en rojo), y los
soldados (en rojo o en verde) que capturan
de frente, y no en diagonal. El ajedrez
coreano también tiene río. Se juega en un
tablero de 9 x 10. El elefante sí puede
pasar el río, y los peones pueden moverse de
lado desde el principio. Se defiende con
argumentos muy serios que el origen del
ajedrez está en la China. Los chinos afirman
que la reglas modernas del ajedrez chino
fueron formuladas durante la
dinastía Song,
hacia el año 1.000 d.C. En china el ajedrez
chino es mucho más popular que el ajedrez
entre nosotros, lo que lo podría convertir
en un juego más practicado.
En
Japón
da el
Shogi,
o juego de los generales, que no se debe
confundir con el
go,
que es el auténtico juego popular de Japón.
El Shogi se juega en un tablero de 9 x 9, y
cada jugador dispone de veinte fichas de
ocho formas distintas, que se disponen en
tres filas. El go parece ser un juego más
antiguo que el chaturanga, y pudo ser un
antecedente de juego sobre tablero. Aunque
es muy diferente del ajedrez. La torre se
desdobla en dos piezas, la lanza, que puede
mover de frente pero no a los lados, y la
torre que puede mover de frente y para los
lados pero no para atrás. El caballo se
mueve como el
nuestro,
pero sólo hacia delante. El elefante se
desplaza una o dos casillas hacia delante y
una hacia atrás, en diagonal, y también una
de frente hacia delante. Los peones capturan
de frente, y no en diagonal.
Las
leyendas son innumerables y a casi cualquier
personaje mítico de la antigüedad se le
cuelga la invención del ajedrez. Incluso al
rey Arturo
se le atribuye el invento del juego. En el
siglo XIX el que España e Inglaterra
estuvieran gobernadas por dos grandes reinas
(Isabel
II
y
Victoria I,
respectivamente) se tomó como una metáfora
del juego del ajedrez. No obstante el
pensamiento liberal
prefirió al peón, que al llegar a la última
fila se podía convertir en cualquier pieza,
excepto en rey.
Caissa
era una joven diosa que hacía predicciones
sobre el porvenir. Viendo cómo serían los
ejércitos del futuro decidió crear un juego
en el que para ganar fuese necesaria la
inteligencia y el valor. En el juego
participarían dos ejércitos, uno blanco y
otro negro, que intentaban matarse unos a
otros; y se jugaría sobre un tablero
dividido en ocho casillas por lado y
alternativamente de color blanco y negro.
Cada ejército estaba compuesto por ocho
peones, dos torres, dos caballos, dos
alfiles, una reina y un rey. Los peones
tenían la habilidad de andar dos casillas en
su primera jugada, pero recibían una
maldición que les impedía matar a los
soldados enemigos que estuvieran enfrente
suyo. Sólo podrían capturar a los que
estuviesen en la casilla más próxima en
diagonal. Las torres tenían la habilidad de
enrocar con el rey, pero sólo podrían mover
en horizontal. En el enroque el rey pide
defensa. Anda dos casillas en dirección a la
torre y esta salta por encima para ponerse a
su lado. Los caballos tienen la habilidad de
saltar por encima de las murallas enemigas,
pero sólo podrían mover una casilla como la
torre y una casilla en diagonal, y siempre
alejándose. Los alfiles representan obispos
y que no matan en nombre de la religión sino
del rey. Por su gran crueldad reciben la
maldición de poder moverse sólo por las
casillas de un mismo color, en diagonal. La
dama, o reina, fue hecha a imagen de una
diosa, por lo que se convirtió en la pieza
más poderosa del tablero. Y el rey fue
creado a imagen de los grandes guerreros que
habrían de surgir. El rey recibió la
maldición de no poder acercarse a una
casilla del rey adversario.
Tras
crear el juego Caissa resolvió esconderlo
para que no lo viesen y se lo destruyesen.
Como no sabía cuál sería un buen lugar para
esconderlo decidió elegir cualquier lugar de
la Tierra. Lanzó el juego y fue a caer en la
India. Cuando los indios descubrieron el
juego quedaron impresionados. Intentaron
jugarlo de varias maneras, pero siempre
había desacuerdos entre los jugadores.
Cierto día decidieron hacer algunas reglas
que debían se respetadas por todos los
jugadores.
Pasaron muchos años desde que Caissa había
lazado el ajedrez a la Tierra, y decidió
recuperar su juego para mostrarlo en su
país, pero cuando supo que el juego ya era
muy conocido y jugado decidió protegerlo,
convirtiéndose en su musa y dejándolo
definitivamente en la Tierra.
En un
reino de la antigua
India,
situado al noroeste de la India (seguramente
en el actual
Paquistán
o
Afganistán),
había un poderoso
brahmán,
llamado Rai Bhalit, tan rico y rodeado de
todos los placeres que de ninguno de ellos
gozaba, ordenó a uno de sus sirvientes,
llamado Sisa, que creara un juego capaz de
entretenerle. Pasado algún tiempo Sisa
presentó a su señor un juego que emulaba la
guerra y que se jugaba en un tablero con
sesenta y cuatro casillas, alternativamente
blandas y negras dispuestas en ocho filas y
ocho columnas, el ajedrez. El brahmán quedó
tan encantado que le permitió escoger su
recompensa. Sisa le dijo: —«Señor, soy
hombre modesto, y me conformaría con que me
paguéis un grano por el primer cuadrado, dos
por el segundo, cuatro en el tercero, ocho
en el cuarto, etc.». El brahmán, encantado
por la modesta petición de Sisa accedió en
seguida, pero su alegría pronto se trocaría
en ira cuando se dio cuenta de que ni con
todo el trigo de su país alcanzaría a pagar
semejante suma. La cifra es
18.446.744.073.709.551.615 es decir 2
elevado a 64. Ante la imposibilidad de pagar
tal suma el brahmán mandó matarle. Esta es
una de las leyendas más conocidas del
ajedrez. Sisa tenía un hijo llamado Shah, y
de ahí derivó el nombre de su juego «shak» o
axedrez, ajedrez.
La
expansión hacia el occidente del ajedrez se
debe a los musulmanes. La conquista de la
India no se inicia hasta la segunda mitad el
siglo VIII, aunque para entonces el ajedrez
ya se había popularizado en
Persia
conquistada a partir del 640. La primera
mención expresa al ajedrez es un texto persa
del 600. La influencia persa se rastrea en
algunas palabras como jaque que deriva de la
palabra persa Sha, rey. Algunos aficionados
en lugar de decir jaque dicen ¡rey! Alfil
deriva de la palabra árabe al-fil, elefante,
que era lo que antiguamente representaba. La
expresión «dar jaque», amenazar al rey,
viene de Sha, rey de los persas y Sha mat
significa «el rey ha muerto».
Los
primeros maestros conocidos vivieron en
Persia. Se llamaban Abú-Gafiz, segunda mitad
del siglo VIII y Zairab, primera mitad del
siglo IX. Este último tuvo un esclavo
llamado Mainal Jadim que se hizo famoso
componiendo finales. Aunque seguramente los
jugadores más conocidos de la época fueron
al-Sulí, (880-946) y Aladino al-Tabriz,
segunda mitad del siglo XIV, cuya fama duró
siglos.
La
composición de finales fue muy popular en el
ajedrez de esta época. Estas composiciones
se llamaban mansubas. Los manuscritos más
antiguos consagrados íntegramente al ajedrez
son árabes. Las mansubas aparecen en Bagdad
durante la edad de oro de esta ciudad. Y se
cambia el nombre del jugo de chaturanga a
shatranj, que derivará en ajedrez, Hacia 840
al-Adli, considerado el mejor jugador de su
tiempo escribe su «Libro de ajedrez», hoy en
día el original se ha perdido.
En el
847 al-Razi escribe «Elegancia en el
ajedrez» y un siglo más tarde al-Sulí (946)
escribe su «Libro de ajedrez» en dos
volúmenes. En 1140 Rabrab presenta su «Libro
de problemas de ajedrez», en el que aparee
por primera vez un estudio sobre los finales
del rey y torre, contra rey y alfil.
A
comienzos del siglo IX el
califa
de Bagdad Harounal Rachid (766-809) ofrece a
Carlomagno
(768-814) un ajedrez de mármol, del que sólo
se conservan algunas piezas en la biblioteca
de París.
Las
reglas del ajedrez árabe no son exactamente
las mismas con las que se juega hoy en día.
La dama y el alfil sólo podías avanzar dos
casillas, el alfil podía saltar, en lugar
del enroque existía el «salto del rey» que
permitía saltar por encima de una casilla,
los peones sólo se movían una casilla. El
resultado es que las partidas eran muy
lentas y para darle dinamismo al juego se
inventaron las tabiyas.
Las
tabiyas son posiciones simétricas con las
que por acuerdo de los jugadores comenzaba
la partida.
|
Posición de la
princesa Dilaram. Juegan blancas. |
Cuenta la historia que Dilaram, favorita del
gran visir Murdaui, presenciaba una partida
en la que su esposo había cometido el
desatino de apostarse a su esposa
predilecta. Murdaui estaba a punto de
recibir mate. Viendo Dilaram la posición le
susurró a su esposo la variante ganadora:
—Sacrifica ambas torres y salva así a tu
mujer—.
-
1.Th8+
Rxh8
-
2.
Af5+ (recuérdese que el alfil sólo
podía mover dos casillas y podía saltar)
-
2.
... Rg8
-
3.Th8+
Rxh8
-
4.g7+
Rg8
-
5.Ch6++
Esta
leyenda que aparece en la literatura
islámica también se encuentra en la europea
de la
Edad Media.